Acá no más: Compré ropa sin generar basura

Por Andrea Rodríguez

Hola amiguitos. Como todos ustedes, soy una mortal común y corriente en la lucha constante para ayudar a nuestra mami la tierra. Hace poco empecé mi viaje hacia el zero waste y poco a poco estoy dejando de ser una maldita basura. En el episodio de hoy, fui a comprar ropa e intenté no generar desechos.

Fashion Alert

Para empezar, debo pedir que no me juzguen por no comprar ropa de segunda mano. Sé muy bien que debí comprar en lugares vintage, pero estaba en apuros y la situación era medio urgente: Eran las 4 de la tarde y tenía una entrevista de trabajo a las 9 am del día siguiente. El problema es que no tengo ropa formal. Ni una sola prenda.

Entonces me acordé que había prometido dejar de ser una maldita basura y decidí hacer uso de mi #paquetitosalvador. Ya se me va haciendo costumbre lo de cargar en la mochila los básicos para sobrevivir sin usar descartables, así que tenía una bolsita de tela preparada y lista para salvarme.

Fui a comprar a Jesús María en micro, preparándome mentalmente para la cantidad de "ponlo aquí no más" que iba a tener que decir en las tiendas. El objetivo era comprar pantalón de vestir, una blusa y zapatos. Mi mamá se había sorprendido de que no tuviera absolutamente nada que ponerme al día siguiente, como si no supiera que mi clóset consiste de ropa deportiva, que no uso para hacer deporte, y jeans. 

"Sin bolsa, porfa"

Cuando llegué a las galerías, me tardé en escoger las cosas pero finalmente encontré el outfit correcto para la ocasión. La señora que me vendió el pantalón fue la primera en ver mi bolsa de tela. Cuando le dije que estaba tratando de reducir mi emisión de basura, me empezó a hablar de lo bonita que era mi decisión y de lo importante es que todos hagamos lo mismo.

Lo mismo pasó con la chica de la blusa. "Hay mucha gente que te exige la bolsa, pero todos deberían cargar así como tú en su bolsillo aunque sea, para ya no ver tanto plástico" Aparentemente ella había dejado de usar sorbetes, así que le dije que era un buen paso pero que debíamos tratar de erradicar todo el plástico, no solo eso.

Como no todas las almas del mundo son buenas, el señor de los zapatos me miró como si estuviera loca. "Qué, ¿Ahí?, Bueno". Me dio mala espina, así que me llevé la caja de los zapatos para reusarla en mi casa y hacerla un estante. Chévere, ¿no?

Así que ya saben, sin roche porque al final contribuimos a que más gente deje de ser una maldita basura. ¡Nos vemos al otro lado del arcoíris!